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CULTURA

Que el fin del mundo nos pesque leyendo: las librerías frente a la pandemia

Hablamos con dos librerías independientes sobre hábitos lectores y de consumo.

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Foto de portada: Cristina Sille

Mucho se ha escrito sobre los cambios de hábitos, actividades y actitudes durante la pandemia y distintas fases de la cuarentena que ya lleva más de un año. Desde nuestro mundo de lectores, nos preguntamos sobre la situación de las pequeñas librerías que hace años vienen haciendo frente a las distintas crisis y a la competencia de las librerías de cadena. Desde 25 Horas consultamos a Leandro y Brisa, de Librería Factotum de Berazategui y a Facundo de Libería Ramos de Quilmes a propósito de estos temas. 

Factotum se encuentra en Avenida Mitre entre 10 y 11, en Berazategui.

Desde la librería berazateguense, Leandro nos comentó que, a pesar de la incertidumbre de los primeros meses, no llegaron a tener miedo de cerrar, mientras que en la librería quilmeña nos contaron que este temor existió pero que ese escenario estuvo más cercano durante los cuatro años previos a la cuarentena, durante el macrismo.

Quisimos saber sobre el comportamiento de los clientes habituales y de los que no lo eran antes de este período alucinado. En general, quienes eran clientes frecuentes siguieron eligiendo estas librerías, pero además y de acuerdo a las restricciones que durante meses solo permitieron la venta a distancia, Factotum recuperó gente que por diversos motivos había dejado de pasar por el local y, además, ganó nuevos clientes de otros distritos e incluso otros de otras provincias, gracias a los envíos por correo. En el caso de Ramos, pudieron ganar clientes de la zona que antes acostumbraban a hacer sus compras en la Ciudad de Buenos Aires, y que de pronto experimentaron la diferencia en eficiencia y atención de un comercio pequeño. A la vez que la venta online representó una salida para comercios y clientes, para nuestros entrevistados les supuso un gran desafío laboral; todo se trasladó a la virtualidad —recomendaciones, envíos, reservas, pagos, regalos sorpresa. Recuerdan que, en el mejor de los casos, cualquier venta llevaba un intercambio mínimo de diez interacciones virtuales. La mayoría de las mañanas empezaban con un promedio de cincuenta mensajes a través de las distintas redes con preguntas, pedidos y consultas de todo tipo.

La librería Ramos se ubica en Avenida Mitre 581, en Quilmes.

Otro tema sobre el que nos interesó indagar fueron los hábitos de lectura, y desde Bera nos contaron que en los dos primeros meses de cuarentena los lectores y las lectoras se volcaron a las distopías; clásicos como La Peste de Camus y Ensayo sobre la Ceguera de Saramago pero también libros como Cadáver Exquisito de Agustina Bazterrica, publicado en 2019. Al comienzo de 2020 las editoriales no sacaron novedades y la distribución casi se detuvo, por eso por más que lxs clientxs hiciesen pedidos, no había fecha cierta para la entrega y de este modo se empezó a comprar lo que se conseguía más que lo que se quería específicamente. En el caso de Quilmes, Facundo consideró que los hábitos de lectura no han sufrido demasiados cambios, y si los hubo no tienen que ver con la pandemia sino con la existencia de muchos lectores y lectoras que se mueven por fuera del circuito de escritorxs más conocidxs o transformados desde el inicio en best-sellers —tomando esta definición ya casi como un género más que la referencia a la cantidad de libros vendidos en sí.

Foto: Interior de la librería Factotum

Algunxs soñaban con la posibilidad de que la pandemia nos hiciera mejores seres humanos, más solidarios y empáticos, y si bien muchos escépticos nunca barajamos esta posibilidad como cierta, nos preguntamos si acaso este tiempo aciago habrá invitado a les lectores a refugiarse en la poesía más que antes. Los entrevistados nos cuentan que al comienzo se vendió muy bien la poesía completa de Alejandra Pizarnik, pero dudan en asignárselo a la cuestión de la cuarentena ya que el fenómeno pudo deberse a que hacía mucho que se estaba esperando la reimpresión de la obra de una de las poetas favoritas en nuestro país. Otras obras de poesía que también se vendieron mucho fueron La novia de Sandro, de Camila Sosa Villada y Meteoro de Julián López.

En cuanto a la novela, uno de los géneros más leídos en nuestro país, las más vendidas fueron Cometierra, de Dolores Reyes, Las Malas, de Camila Sosa Villada y Nuestra parte de la noche, de Mariana Enríquez. Esto no hace más que replicar lo que sucedió a nivel nacional, ya que estas escritoras fueron de las más leídas, reseñadas y celebradas en 2020.

Algo que los libreres notan que llegó para quedarse, incluso luego de la apertura presencial de los locales, es la costumbre de pedir los libros por envío, lo que supone una comodidad para los clientes y clientas que viven lejos de la librería. Asimismo, en ambos negocios experimentaron el cambio en cuanto a los modos de pago. Mucha gente comenzó a usar distintas plataformas, transfiriendo incluso el dinero antes de recibir el libro, algo impensable poco tiempo atrás.

Foto: Cristina Sille

La pandemia que en marzo de 2020 veíamos como una novedad incómoda e insólita, pero además acotada, parece no querer abandonarnos. Para muches la lectura en general y los libros en particular seguirán siendo un refugio y un alivio y también, por qué no, una forma de encontrarnos con otres. Celebramos que las librerías independientes puedan seguir acompañándonos en este camino.

 

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Docente de inglés en varios niveles educativos. Curiosa por naturaleza. Amante de la literatura, la cocina y las plantas. Escucha de radio desde niña. Lectora incansable. Trabajadora docente en lucha por la educación pública. Coordinadora de los encuentros de @mujeresleenmujeres

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CULTURA

Cypher de beats: la producción musical desde adentro

Conversamos con Alejo Santanni sobre un novedoso formato que nos muestra cómo se cocina la música moderna.

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En los últimos años el mundo musical experimentó un cambio drástico, impulsado por los nuevos géneros emergentes y por una revolución tecnologica sin precedentes. A través del sampleo y los instrumentos MIDI hoy en día es posible crear piezas musicales de una calidad impensada hace apenas algunos años atrás en estudios caseros, laptops e incluso smartphones.

El cypher de beats toma esta idea y propone un encuentro de beatmakers, productores musicales y Mc’s.  La premisa es improvisación musical en vivo y en directo con software de composición/edición de audio. Se transmite por Twitch, con la conducción de Alejo Santanni, un veterano de la escena. Con él conversamos de la riquisima escena musical argentina y la revolución que las nuevas tecnologías han traído a la hora de hacer y pensar la música.

—¿Cómo surgió la idea de hacer un cypher de beats? ¿Cómo se te  ocurrió encarar ese proyecto?

AS: —La idea surge masomenos en el 2014, yo ví como se formaba el Quinto Escalón porque era amigo de Muphasa y veía la energía que se formaba en los cyphers, en las jams de freestyle. Sentía que tenía que hacer algo parecido enfocado a la producción. Esa dinámica de tener que hacer algo en tiempo real, la idea de improvisar, eso era lo que quería llevar al beatmaking. La idea tuvo bastantes prototipos, pero recién en la pandemia y con el formato de twitch fue que me pareció que había que intentarlo de nuevo.

—El ciclo va mechando entre productores amateurs y figuras de primer nivel en lo que respecta a la escena nacional, invitados como Evlay, Clubhats, 808God… ¿Cómo fue dándose esa mezcla?

AS: —Fue la idea de raíz, porque yo tengo muchos alumnos y conozco mucha gente del under; creo que hay mucho talento, chicos que nadie conoce y están al mismo nivel que productores de primera línea. Y al invitar a grosos de la produ, la idea es compartir un poco del proceso, mostrar cómo lo hacen y así potenciar a los que recién están arrancando en esto.

—Todo este nuevo movimiento que vino de la mano del trap, de las nuevas tecnologías para hacer música, cristalizan una especie de revolución musical, ¿qué opinás de este momento en la escena argentina?

AS: —Yo crecí tocando con músicos, y cuando empecé a producir, hace diez años, me imaginé que con la oportunidad de hacer todo en la computadora, cada vez iba a haber menos obras creadas colectivamente. La idea del cypher también es romper un poco eso; aunque cada uno esté en su computadora produciendo, podamos hacer una reunión y compartir visiones, escuchas, y no perder el factor humano.

—El ciclo lleva más de un año al aire con muchísimos invitados que pasaron por el programa, ¿hay algún momento que te haya quedado en el recuerdo?

AS: —Hubieron muchos momentos hermosos, ver a alumnos míos haciendo música junto con grosos de la producción, fueron increíbles. Pero si tengo que elegir uno, la visita en el cypher infinito de Muphasa y Ysy A, dos personas que hicieron posible mucho de lo que está pasando hoy día en la escena, dos amigos que vi crecer. Tenerlos en el cypher fue un sueño, sentí que se cerraba un círculo.   

—¿Cómo sigue el proyecto?

AS: —En el cuadernito hay muchas ideas, pero como crecimos muy de pronto, decidí primero fortalecer el núcleo duro del proyecto. Vamos a mantener y pulir lo que venimos haciendo, y vamos a tener más días de transmisión, también vamos a organizar un encuentro físico. Estamos con ganas de hacer una recopilación y selección entre todos los beats que fueron saliendo, pero son cientos, así que estamos viendo cómo hacer. De momento seguir creciendo y produciendo. 

💻 Podés sintonizar el programa los jueves a la noche en su canal de Twitch.

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CULTURA

Punto de quiebre: torcer el rumbo de la ficción

El canal de la UNTREF estrenó su primera serie en 360º.

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Por Candelaria Coria*

Si bien la industria audiovisual lleva un tiempo incursionando en distintos formatos, uno de los más novedosos e innovadores es grabar las ficciones en 360°. En este formato, la cámara parece cumplir el rol de una persona más en la escena y logra que lxs espectadores sean, de algún modo, cómplices de la trama argumental, gracias a la posibilidad de contemplar desde el ángulo que quieran.

Desde hace varios años, la industria de las series web crece y se consolida, y recientemente la investigación del formato 360º desarrolló nuevas tecnologías para innovar en el sector. A mediados de 2018, la industria española tuvo su primera serie en este formato: Desayuna conmigo 360. Fue una de las primeras en Europa y abrió camino a que se empezara a hablar en otras partes del mundo. 

Así fue que en marzo de 2021, UN3, el canal de la Universidad de Tres de Febrero, estrenó su proyecto estrella: una ficción grabada en 360°. ¿Qué significa esto? Que el/la espectadorx puede controlar con sus dedos hacia dónde quiere ver, dándole la posibilidad de sentirse unx protagonista más. ¿Cómo funciona? A través del uso de lentes especiales de realidad virtual, o bien desde cualquier pantalla digital. Punto de quiebre está disponible en el canal de YouTube de UN3 y también en la página web.

A través de ocho episodios, Punto de quiebre te cuenta la historia de cuatro relaciones amorosas focalizadas en (valga la redundancia) los puntos de quiebre: el incómodo y romántico momento de la primera cita y el tragicómico y cruel momento del corte de la relación. La realidad virtual permite vivenciar en primera persona esas escenas que nos cuentan distintas versiones del amor. Como de costumbre, los comienzos de dichas historias se caracterizan por la diversión, la constante charla, la incipiente tensión sexual y mucha, pero mucha idealización por parte de ambxs. En el primer capítulo, tenemos como protagonistas a Magdalena Bravi y Tomás Fonzi, en la noche de su primer encuentro, que concretaron gracias a una red social de citas. En el tercer capítulo nos topamos con los personajes de Jazmín Stuart y Florencia Torrente, dos mujeres que se conocen en una entrevista laboral. Luego, la trama continúa con Santiago Talledo y Manuela Viale que se conocen en un campamento, para así pasar a la última historia, la protagonizada por Andrés Gil y Maia Tarcic que comienzan su relación en una cita a ciegas.

La serie es entretenida, con buenos diálogos y una premisa llamativa. El elenco está muy bien; es uno de los fuertes de la serie. En pocas palabras, esta serie es un acierto de nuestra querida industria nacional que pide ser pochocleada el próximo fin de semana.

La pregunta que deja planteada el formato 360° es: ¿Este es el futuro de las series? 

 

Casi guionista de radio y tv. Feminista, Spinetteana, y persona de perritxs. Sagitariana como Gachi y Pachi. Entusiasta de la pintura, la fotografía, y los tatuajes. @candelari4_

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CULTURA

Una enormidad perdida | Reseña de la primera novela de Damián Snitifker

“Ciudad dormitorio” es una novela sobre esa ciudad gótica, triste y un poco detenida en el tiempo que es el conurbano sur.

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Por Agustina De Caria*

Acabo de terminar Ciudad dormitorio, la primera novela de Damián Snitifker, apenas un día después de haberla empezado. Yo no leo rápido, pero esta novela avanza sola. En parte por su ritmo y la fluidez narrativa gracias a una prosa despojada, diálogos con gran nota humorística y capítulos breves que se van sucediendo tan rápido como aceitunas en una picada; pero creo que esa voracidad se debe a la propuesta acertadísima de convertirla en una novela musical

Ciudad dormitorio es una novela sobre un derrotero sonoro, construido a partir de una versátil mezcla entre el punk, el rock en inglés y el nacional, la cumbia, la vida. La historia de los personajes se va a anclar en un territorio doble: el geográfico y musical. La gran mayoría de las escenas mencionan una canción que marida perfectamente con las acciones que se desarrollan frente a nuestros ojos. 

El libro incluye un código QR que te dirige a una lista en Spotify hecha por el mismo autor y que, a pesar de que me disperso mucho al leer con música, hizo de la lectura de esta novela una propuesta dinámica y multisensorial. Las canciones no fueron, como suelen ser, una distracción. Todo lo contrario: sirvieron de caja de resonancia para la profundidad de la trama, de los espacios y de los personajes, haciendo de cada escena un acto incomunicable. Experiencia pura. 

A su vez, las coordenadas geográficas de la novela no son meramente un escenario que posibilita el desarrollo de una trama. Ciudad dormitorio es una novela sobre la ciudad, pero esa ciudad gótica, triste y un poco detenida en el tiempo que es el conurbano sur. Quilmes, Bernal, Berazategui y Varela son algunos de los lugares que se mencionan y que justifican a los personajes, o al revés: los personajes justifican al lugar y, de esta forma, la novela se convierte en un gesto de recuperación del lugar que la hace posible. Quizás por esto abunde en descripciones, dado que se intenta apelar a acciones concretas de lugares concretos: sus veredas, sus almacenes, sus sociedades de fomento, sus siestas, sus birras, su ADN barrial.

Pero en el fondo, la novela habla sobre lo que ya no es y que quizás no sea nunca más. La música, los amigos, las novias, el sueño del trabajo ideal, la juventud, el punk, los bares: todo cambia y hay algo de la ilusión que prometía el pasado que se ha perdido, algo grande que hemos perdido, dice la canción de Jason Molina mencionada en la novela y que está catalogada como la más triste del mundo. De esta forma, la novela se convierte en una rocola en una habitación vacía que, en diciembre de 2020, de la mano de la editorial Crack-up, salió al mundo para sonar

Julián, Cristian, Rulo, Fede, Facu, Rafael, Laura, todos estos personajes insignificantes y a la vez tan nosotres, les conurbanenses, viven en la pregunta que Cristian le hace a Rulo mientras tomaba una birra frente al río: ¿A quién le puede interesar leer sobre nosotros? 

Con una prosa sumamente interesante y, en muchos momentos, genial, la novela de Snitifker crea un lenguaje propio para responderla, o mejor, usa el único lenguaje que no se traiciona: el real. Y en la geografía del lenguaje, nada está realmente perdido.

 

 

* Docente de Lengua y Literatura por elección y vocación. Le fascina todo hecho lingüístico, principalmente el literario. Actualmente, cursa la Maestría en Escritura Creativa, en la UNTref y coordina el taller de escritura @lonodecible. Recomienda libros en @todosloslibrosvuelven

 

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