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MEDIOS Y POLÍTICA

Los gajes del oficio periodístico

Un texto con la difícil tarea de quitarle el romanticismo a nuestro amado oficio.

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Fotos: Cristina Sille

Lxs que no se hacen cargo

¿Periodista militante o militante periodista? se preguntan cada tanto en los programas políticos de los principales canales del país. La militancia está, es innegable. Hay quienes militan el libre mercado, hay quienes militan una figura presidencial, hay quienes militan el feminismo, hay quienes militan… El problema no es la militancia, sino cuando desde la subjetividad militante el periodismo dice ser objetivo. 

El mismo periodismo que estigmatiza, etiqueta y violenta a lxs ciudadanxs no quiere ser criticado. Como si su profesión los eximiera de toda culpa, dan por supuesto que con la vara moral con que ellxs mismxs miden no pueden ser medidxs. Pero en la actualidad, las audiencias dejaron de ser pasivas, y la radiodifusión como principal forma de comunicación fue reemplazada por álgidos intercambios en las redes sociales. 

En el país donde frente a cada acontecimiento todxs somos expertxs en todo, las críticas abundan; no así la autocrítica. En la democracia participativa la libertad de expresión fija un límite de respeto para la convivencia. Pero la libertad de prensa para el periodismo es espada y escudo, espada para pinchar, escudo para no hacerse cargo. 

Son muchas las malas prácticas. Desde la tergiversación de los hechos, pasando por la omisión de datos y la mediocridad de los análisis parciales, hasta las fake news y las mentiras, el camino hacia una información chequeada y de calidad se hace largo. El resultado es peligroso, porque tal como demostró la pandemia, la desinformación pone en riesgo vidas.

Estamos frente a un periodismo circense que no tiene un criterio de noticiabilidad de base, ni una fuente como punto de apoyo, que realiza entrevistas a la intemperie y camina discursivamente sobre la cuerda floja. Si frente al micrófono hace malabares, no debería sorprenderse cuando le dicen payaso. 

Un oficio insostenible 

Como la autocrítica debe ser consciente, no se puede dejar de mencionar que el periodismo es un oficio precarizado en varios sentidos. Por un lado, las habilidades exigidas a lxs periodistas aumentan día a día debido a que en la era digital convergente se desarrollan profesiones complementarias en la industria infocomunicacional. Por el otro, los sueldos tienden a la baja —incluso cuando a un mismx periodista se le asignan diferentes tareas— y las negociaciones por mejores ingresos suelen terminar en despidos masivos.

Es claro que, por diversos motivos, no todxs lxs periodistas perciben el mismo sueldo por el mismo trabajo. El periodismo freelance es el que está más expuesto, ya que impedidxs de la formalidad de un contrato a largo plazo, deben contar con más de un trabajo sin poder rechazar ninguno por miedo a perderlo todo. Para las periodistas mujeres, el esfuerzo por trabajar en los medios se multiplica, ya que a las diferencias salariales se le suman las dificultades que encuentran al querer acceder a puestos jerárquicos.

Es un sistema dinámico que incluye y excluye a periodistas según como estxs se comporten. Incluye a lxs trabajadores de la comunicación en la medida en que estos generan ganancias a las empresas. Excluye a quienes peleando por sus derechos defienden el oficio. 

La economía de los medios está principalmente ligada a la publicidad. Donde no rige la publicidad privada manda la publicidad oficial. Y donde no hay ninguna de estas, financiar la profesión se vuelve insostenible. Es por ello que en todo este esquema siempre ganan los medios concentrados, los conglomerados, los que están presentes en todas las ramas de la comunicación y los representantes del cuarto poder. 

El periodismo utópico

Quienes pasamos por la Universidad Pública sabemos qué responder cuando nos preguntan qué tipo de periodistas queremos ser. La pregunta implícita es: “¿al servicio de quién?” Y la respuesta automática es: “al servicio del pueblo”. El periodismo que nos enseñan en las aulas es utópico: <<el mejor oficio del mundo>>. Pero en la práctica la realidad es distópica: los manuales de periodismo, los códigos de ética, las leyes reguladoras del sector de medios no pinchan ni cortan. 

¿Qué nos queda? Podemos empezar por hacernos cargo de desde dónde comunicamos, seguir luchando por el reconocimiento de nuestrxs derechxs como trabajadrxs de la comunicación y continuar comunicando en este contexto distópico pero con la seguridad utópica de que somos capaces de transformar el mundo en uno mejor. 

Y partiendo de esa base, aún ejerciendo la profesión con responsabilidad y compromiso, no es posible trabajar sin incertidumbre ni perjuicios. Las mejores entrevistas nunca son las pautadas, las fuentes más confiables no son las más creíbles, los registros más valiosos suelen perderse y las declaraciones más importantes no pueden ser publicadas. Son los gajes del oficio periodístico.

El periodismo siempre tiene gajes. No importa cuando leas esto.

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Licenciada en Comunicación Social e investigadora de Políticas de Comunicación en la UNQ. Intransigente. Zurda. Feminista. Editora de la sección Medios y Política. @_intransigente

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MEDIOS Y POLÍTICA

(In)comunicación política | Las idas y venidas en la comunicación del gobierno

La salud y la educación en medio de las disputas de comunicación gubernamental en el año electoral. 

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Una cronología de la comunicación en tensión

A la difícil tarea de administrar el país con el Covid-19 circulando en cada rincón, este año se sumó un nuevo factor: gobernar en pandemia con elecciones legislativas. En 2020, el presidente Alberto Fernández y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta adoptaron los papeles de “presidente del consenso” y “opositor responsable”; incluso en varias comunicaciones públicas, ambos destacaron y agradecieron que sus oponentes hayan tomado esas posturas. 

Pero ese aparente buen trato y comunicación fluída se quebró a mediados de abril de 2021 cuando Fernández y Larreta fueron protagonistas de varios enfrentamientos que tuvieron como eje de disputa dos temas clásicos e inevitables de las campañas electorales: la salud y la educación. 

Por la mañana del miércoles 14 de abril, el Ministro de Educación Nicolás Trotta dijo antes del inicio de una reunión del Consejo Federal de Educación que «no podemos comenzar las restricciones cerrando las escuelas. Si tiene que haber una disminución de la presencialidad para restringir la circulación de personas, no debería implicar la suspensión absoluta de las clases en las aulas como primera medida”. A lo que añadió: “se pueden administrar distintas medidas en torno a la asistencia en aquellas zonas que presenten mayor complejidad, considerando la menor unidad geográfica posible ya que la escuela ha dado muestras de ser un espacio seguro».

Casi como una contradicción, esa misma noche, Alberto Fernández anunció, entre otras medidas, la suspensión de las clases presenciales por 15 días, desde el 19 hasta el 30 de abril, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) según lo dispuesto en el Decreto 241/2021. Al día siguiente, en el mejor acto de cinismo y oportunismo político, Larreta manifestó en una conferencia de prensa su intención de declarar a la educación como un área de “máxima esencialidad” aclarando que en CABA las clases seguirían siendo presenciales. A esto sumó su molestia con el presidente por no haberle consultado respecto a la medida y pidió públicamente reunirse con él para charlarlo.

Pero la negativa al cierre temporal de clases presenciales instalada por Larreta no coincide con los dichos de su vicejefe de gobierno. El periodista Juan Amorín recordó en sus redes sociales las palabras de Diego Santilli, quien el 18 de febrero 2021 dijo en su programa radial Crónica Anunciada: «Entendiendo que la pandemia no terminó, que está lejos de terminar y que vamos a tener casos seguramente, y ahí tendremos que generar aislamientos en un aula, según la cantidad de chicos… Si viene la segunda ola como los especialistas van determinando, como les pasó al hemisferio Norte del planeta ¿no? EE.UU, Europa y demás países, ahí tendremos que tomar alguna interrupción de 15 días, 10 días. Lo que las medidas sanitarias definan como ha hecho todo el resto del planeta».

El viernes 16 de abril, minutos antes de ingresar a Olivos para reunirse con el primer mandatario, Larreta presentó ante la Corte Suprema de Justicia un recurso de amparo para frenar la aplicación de suspensión de clases presenciales en la Ciudad. Después de la reunión privada, Alberto Fernández dio una conferencia y lo confrontó públicamente: «A mí la rebelión no, en el Estado de derecho las leyes se cumplen. Y si están en desacuerdo con la ley que vayan a la Justicia y consigan que un juez diga que lo que yo hice está mal». Dicho y hecho. 

Larreta volvió a dar una conferencia de prensa donde insistió en su interés en que la presencialidad escolar continúe pese al DNU: “todas las decisiones están fundamentadas en los datos… De las 755 mil personas que vienen concurriendo a las escuelas, menos del 1% se contagió de coronavirus. Y de los contactos estrechos de esos positivos, solo contrajo el virus el 0,01%. La escuela no es un lugar de contagio”.

El domingo 18 de abril por la tarde se dio a conocer la noticia de que la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires, integrado por los jueces Marcelo López Alfonsín, Laura Alejandra Perugini y Nieves Machiavelli, ordenó la habilitación de las clases presenciales en CABA que había sido pedido por grupos de madres, padres y por la ONG «Abramos las Escuelas» y el «Centro de Estudios de Políticas Públicas”. 

Mientras que Juntos por el Cambio vivió la noche de cierre del fin de semana como un triunfo, el presidente dijo en una entrevista para El Destape que: «Lo que hicieron es un estrago jurídico. Están tomando medidas que son del exclusivo resorte de la Justicia Federal. No estamos dictando medidas de política educativa. Son medidas de política sanitaria en una pandemia. Por eso la Ciudad fue directo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación».

Ante la negativa del gobierno de la Ciudad de obedecer el DNU, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (ADEMYS) convocaron a un paro docente “en defensa de la salud y la vida” el lunes 19 de abril, que luego fue extendido hasta el miércoles 21 de abril. 

De este modo, mientras en varias escuelas de CABA no hubo ni clases presenciales ni virtuales, madres, padres y estudiantes se manifestaron en un abrazo a sus correspondientes colegios en cada distrito del AMBA. En paralelo, durante la jornada del primer día de paro se conocieron fallecimientos de docentes por Covid-19 y el pedido desesperado de una docente contagiada que no tenía cama en el hospital. 

El terreno digital se disputa

Si bien todo el sector político suele tener presencia en todas las redes sociales, Twitter es la plataforma más utilizada para comunicar medidas o manifestar opiniones. El propio presidente de la Nación la utiliza para realizar anuncios importantes e incluso para hacer aclaraciones sobre sus propias comunicaciones. 

En un mensaje grabado, el presidente se refirió al trabajo del sector salud para explicar y justificar el DNU: «El sistema sanitario también se ha relajado, y en un tiempo en donde los contagios estaban disminuyendo abrieron puertas a atender otros tipos de necesidades quirúrgicas que podían esperar pero creyeron que eran oportuno tratarlos ahora y así en el sistema privado se acumuló un número de camas utilizadas que hoy en día pueden ser muy necesarias para atender el Covid».

Cuatro días después, Alberto Fernández tuiteó en un hilo: “He visto en los últimos días distintas expresiones que expresaban malestar, atribuyéndole haberme referido en mi discurso público a cierto <<relajamiento>> del personal médico y paramédico en la atención sanitaria durante la pandemia. En realidad jamás dije semejante cosa. Es claro que sectores políticos y medios de comunicación opositores tergiversaron mis palabras tendenciosamente para colocarme a mí en una posición de crítica hacia el personal de salud cuando solo le guardo reconocimiento… Nunca resté valor al compromiso demostrado por el personal de salud. Si alguien honestamente se molestó con mis dichos, más allá de lo explicado, con la misma honestidad le pido disculpas. A quienes los tergiversaron para sembrar discordia les pido que dejen de hacer daño».

Pero el presidente no es el único que hace este uso de Twitter: Larreta aprovechó los últimos días de controversias para hacer mensajes vírales mediante el retuiteo de madres y padres indignadxs que lo apoyaban. «Como sociedad, tenemos que defender la educación de los chicos y las chicas: defender la presencialidad, es defender el futuro. Y porque, como dije ayer, el aula más peligrosa, es siempre el aula cerrada».

Sin embargo, en el terreno digital lo que da visibilidad y crea la ilusión de cierta legitimación, también puede causar abucheos mediante acusación. El sábado 17 de abril por la tarde, un grupo de manifestantes identificados como “libertarios”, quienes tienen como principales referentes a José Luis Espert, Javier Milei y Agustín Laje, se hicieron presentes en las plazas de CABA para reclamar al gobierno nacional por diversos motivos que giraban en torno a: “esto es una plandemia” porque Argentina está virando hacia un modelo autoritario de “comunismo chino”. 

La derecha se vistió de “izquierda” y salió a la calle a hacer sus reclamos, pero la marcha pacífica terminó en los conocidos “disturbios” que desembocaron en represión: «La policía está re loca» y «cómo nos van a pegar a nosotros, que somos ciudadanos que queremos defender nuestra República» fue el mensaje grabado por una manifestante. Las redes sociales se hicieron eco bajo el hashtag #LarretaRepresor donde lxs votantes de Juntos por el Cambio se quejaron por la situación acusando al jefe de gobierno de “traidor” y “kirchnerista” que le “pega a la clase media y no a los piqueteros”.

Los costos políticos de la comunicación gubernamental 

La falsa dicotomía de 2020 salud-economía se corrió por un momento para abrir pasó a la nueva revancha discursiva de 2021: salud-educación. 

A principios del año pasado, transitando los primeros meses de la pandemia los noticieros cerraban cada noche con videos de drones que viajando por distintas ciudades mostraban los aplausos de lxs ciudadanxs argentinos al personal de salud. Hoy ante la solicitud de médicxs y enfermerxs, la única respuesta es la indiferencia total. ¿Dónde quedó el reconocimiento a esxs héroes que salieron a pelear en la línea de batalla contra el virus?

Entendiendo la controversia y el grado de interés público algunos medios de comunicación fueron sede de debates de madres pro presencialidad vs madres pro virtualidad. Y en las discusiones a favor y en contra, la línea que define qué debe entenderse por progresismo se fue desdibujando para sorpresa de lxs propixs ponentes. En ocasiones, presuntos votantes del Frente de Todos se encontraban defendiendo una idea del mismo lado que lxs votantes de Juntos por el Cambio.

Los errores en la comunicación tienen costos políticos y más en Argentina, un país tan mediatizado donde la equivocación en una palabra o en un discurso tiene el mismo peso que una acción mal realizada. Los relatos de ambos espacios políticos presentan problemas en materia de comunicación política, mientras que uno roza el autoboicot, el otro tergiversa información en su favor.

En el ámbito presidencial, los problemas comunicacionales más recurrentes están ligados al mal orden y revisión de los mensajes. Si estos son en vivo requieren de un coacheo previo, si estos son grabados pueden ser editados, si son por escrito pueden ser releídos. Si el asesoramiento en comunicación falla, toda la política, por más buena que sea, puede derrumbarse en el momento en que es presentada como noticia. Todo lo que se omite se da a entender, y lo que puede interpretarse también puede mal interpretarse. 

Si bien la connivencia con el Larretismo de los medios de comunicación más poderosos es clara, los discursos del gobierno de Larreta dan la pauta de que este tiene una estrategia comunicacional más definida. Pero esto no es un dato sorprendente: Juntos por Cambio da cátedra en la aplicación de los tips del marketing político —lo que hizo Jaime Durán Barba con un ex presidente que no sabía expresarse pueden dar cuenta de ello. 

Judicializar una medida sanitaria para intentar sacar rédito político en el peor momento de la pandemia en Argentina y con un presidente que es abogado, además de ser una irresponsabilidad es una provocación. Esto marca que el año electoral empezó y entre los debates dados sobre la salud y la educación pareciera ser que ambos espacios políticos luchan, en principio, por no perder a sus propios votantes que, según cómo se configuren los debates, pueden quedar de un lado o del otro de esta contienda.

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MEDIOS Y POLÍTICA

Infodemia: proliferan las fake news en la pandemia

Las noticias falsas y las desinformaciones se expanden tan rápido como el virus.

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Fotografías: María Bessone @marube__ / ANCCOM

La situación extraordinaria de crisis sanitaria y la necesidad de una cobertura atenta al minuto a minuto llevó a que en Argentina y todo el mundo se generara una sobreinformación que desembocó en lo que la Organización Mundial de la Salud llama “infodemia”. La infodemia es una práctica que consiste en difundir fake news sobre la pandemia.

Las fake news son desinformaciones presentadas de forma tal que simulan una estructura informativ. En la prensa suelen tener título, bajada e incluso suelen estar colgadas en páginas webs de medios de comunicación de todo tipo. Si bien es muy usual encontrarlas en las redes sociales debido a su fácil viralización, las fake news también llegan a ser replicadas en radio y televisión. 

Para conocer su opinión sobre el desarrollo de la pandemia y su tratamiento en los medios y redes sociales, 25 Horas consultó a la Dra. Natalia Aruguete, investigadora del Programa Industrias Culturales y Espacio Público y directora del proyecto Observatorio de Medios. Agenda, calidad informativa y procesos productivos en los principales medios del país de la Universidad Nacional de Quilmes. “En la realidad construida mediáticamente hubo primeros momentos de sobreinformación y al mismo tiempo de desinformación porque esa sobreinformación también llevaba a muchos colegas periodistas a decir cualquier barrabasada; en algunas ocasiones también aprovecharon eso políticamente”, plantea Aruguete.

Polarización política mediante fake news

El pasado sábado 3 de abril, el presidente Alberto Fernández anunció mediante su cuenta de Twitter que luego de presentar un registro de fiebre de 37.3 y un leve dolor de cabeza, se realizó un test que dio positivo de Covid 19. Automáticamente surgió en la opinión pública la pregunta de cómo era posible que el presidente se haya contagiado si él ya estaba vacunado contra el Covid 19. En enero se había aplicado la primera dosis de la Sputnik V y en febrero la segunda.

“Alberto Fernández contagiado de coronavirus pese a estar vacunado”, tituló el diario Clarín el sábado por la mañana poniendo en duda la efectividad de la vacuna. A lo que rápidamente las comunidades de científicos salieron a responder y recordar lo que hace meses venían diciendo: la finalidad de la campaña de vacunación desarrollada en Argentina es reducir la circulación de la enfermedad, las hospitalizaciones y las muertes causadas por Covid 19. Si bien lxs vacunadxs tienen todavía probabilidades de contagiarse, la diferencia radica en que con la vacuna la enfermedad se vuelve más leve o moderada, lo que posibilita una recuperación más rápida sin síntomas graves. 

Pero estos recientes intentos de desinformar con el objetivo de infringir a un oponente a costa de la salud de la población argentina no son los primeros. “A lo largo del desarrollo de la pandemia, distintos eventos como la inseguridad por la supuesta salida indiscriminada de presos, los problemas económicos, el conflicto con la policía y las declaraciones públicas de Mauricio Macri y Patricia Bulrich y las marchas negando la existencia del Covid son eventos que fueron generando un espacio de mayor polarización en el cual las fake news como estrategia política cuyo propósito es generar daño, enlodar la cancha, intimidar al oponente, desinformar como estrategia deliberada, empezaron a tener mayor asidero”, señala Aruguete.

Más allá de los conflictos de rivalidad política, el problema de la información falsa es que en el plano extra mediático tiene consecuencias reales, la infodemia afecta a la salud pública, porque puede generar estrés, ansiedad e infundir pánico en las sociedades en un contexto que ya de por sí es complejo y difícil de afrontar.

Las burbujas de filtro: un caldo de cultivo de las fake news

«El barbijo te enferma»,»todas las enfermedades son emocionales», «mienten con los casos y con los muertos» son las palabras de una influencer que sin ser médica, ni científica ni investigadora decidió difundir irresponsablemente este tipo de mensajes mediante sus redes sociales. Esta influencer tiene en Instagram una llegada a más de 2 millones de personas, y sus declaraciones también fueron registradas en televisión como un consumo irónico. 

Frente a este caso de desinformación, surgen dos posturas adoptadas por comunicadores: la primera se basa en la idea de que es necesario salir a desmentir, la segunda plantea que esta desmentida puede ser peligrosa en la medida en que genera el efecto contrario. Al respecto, Aruguete dice: “No hay que darle visibilidad ni siquiera respondiendo porque muchas veces cuando uno quiere responder cae en la trampa de aumentar el nivel de propagación que está teniendo eso que está queriendo discutir. Por lo menos en redes sociales, donde frente a temas polarizantes se suelen armar comunidades cerradas que consolidan su idea respecto a una problemática”.

En la actualidad, la principal vía de acceso a noticias son las redes sociales, que a su vez constituyen puntos de encuentro y de socialización donde los usuarios se agrupan en comunidades generadas en base a consensos sobre diversos temas; allí las conversaciones que se generan son cerradas y se originan las burbujas de filtro. Según Aruguete, “las burbujas de filtro unen a usuarios que coinciden en sus valores, sus creencias y sus preocupaciones en el marco de una comunidad donde interactúan entre sí”.

 

Cómo identificar las fake news

En nuestro país, el Ministerio de Salud de la Nación da cinco consejos para combatir la circulación de fake news: 

  1. No creas todo lo que circula en las redes sociales. Chequeá la información: ¿tiene sustento? ¿es verificable?
  2. No compartas cadenas ni audios si no conocés la fuente original o llegan a grupos que compartís con mucha gente.
  3. Si lo que recibís apela al miedo o busca generar pánico, desconfía. Se usan esos recursos para aumentar el impacto.
  4. Elegí y confiá sólo en fuentes oficiales para mantenerte informado. Usá esas fuentes para chequear lo que recibís.
  5. Tené en cuenta: las fuentes más confiables son la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud de la Nación y la web argentina.gob.ar

Con un trabajo más minucioso, un grupo de científicxs del CONICET nucleadxs en la plataforma  Confiar generan piezas comunicacionales con verdaderos y falsos sobre temas referidos al Covid 19. El equipo que cuenta con el apoyo de la OMS, la Agencia TELAM, el CONICET y el Ministerio de Salud se encuentra redes sociales bajo el nombre Ciencia Anti Fake News desde donde también comparten contenidos que desmitifican y aclaran dudas.

Por su parte, la Defensoría del Público junto a sociedades científicas, grupos multidisciplinarios del CONICET, biólogas/os, comunicadores y especialistas elaboraron recomendaciones para el tratamiento periodístico del plan de vacunación contra el Covid-19 que incluye además un glosario de términos utilizados en la cobertura del tema vacunación y se sugieren fuentes confiables para el trabajo periodístico.

Con el comienzo de la segunda ola, y en vistas de que se aprontan medidas restrictivas que tienen por característica el saber cuándo comienzan pero no cuándo terminan, cuidarnos del Covid 19 también incluye no “infectarnos” de fake news, porque en la medida en que haya pandemia seguirá habiendo infodemia.

> Leé acá la nota que publicamos hace unos meses sobre iniciativas para combatir las fake news.

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Un quiebre de ficción: Polka vuelve a producir a costa de sus trabajadores

La crisis del sector no es solo a causa de la pandemia.

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Por Martín Razzeto*

El costo de la ficción televisiva

A la hora de invertir en una producción, las empresas observan cuál es el nivel de rentabilidad que esta puede alcanzar. En el mercado televisivo, las producciones nacionales están perdiendo terreno en la grilla local de la pantalla chica, por lo tanto, las productoras también. Las ficciones constituyen uno de los géneros televisivos que más costos tiene, lo que obliga a los empresarios a contar con un presupuesto alto. 

En una nota de Página 12, Emanuel Respighi permite dar cuenta del costo que representa la producción de una tira nacional en comparación con la adquisición de los derechos de reproducción de un enlatado. Esto explica el arribo progresivo de las producciones extranjeras a la tv abierta; hay muchos ejemplos de que los enlatados generan rating a un menor costo.

En 2019, el gran éxito en materia de producción nacional de ficción en formato de tira diaria fue Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV). La superproducción tuvo 205 capítulos, y el último llegó a un pico de 12.7 puntos de rating. Una tira diaria de 120 episodios en el prime time tiene un costo por capítulo, aproximado, de 40 mil dólares. ATAV tuvo un poco menos del doble de capítulos. 

En Argentina, también se consumen en tv abierta producciones extranjeras. Según Respighi, el costo que le significó a Viacom la novela Jesús fue, aproximadamente, de 7 mil dólares por capítulo. Además, según Kantar Ibope Media la novela alcanzó un promedio de 12.39 puntos de rating en su estreno.

De productora modelo a una supuesta quiebra

Polka, la productora de Adrián Suar (27%), Fernando Blanco (18%) y el Grupo Clarín (55%) es una de las más grandes del país, tanto por su estructura como por la cantidad de producciones nacionales que realiza para el mercado local e internacional. En julio de 2020, en una entrevista para Infobae Suar anunció la inminente quiebra de su empresa, aclaró que este empezó cinco años antes y que la pandemia fue la gota que rebalsó el vaso.

Durante el desarrollo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la productora vivió en tensión. Mientras que por un lado Suar aparecía en los medios contando el quiebre y justificando su accionar, por el otro, lxs empleadxs se encontraban en una situación de desconcierto total por varias razones: demora en los pagos, suspensión de actividades, inestabilidad laboral y vulnerabilidad de derechos.  

Tal es así, que hacia julio de dicho año lxs trabajadorxs editaron un video donde, por medio de los diferentes títulos de las producciones realizadas en Polka, se formó un creativo reclamo que dejó un contundente mensaje: “Por la falta de pago de nuestro aguinaldo y nuestro salario. Por nuestro futuro. ¡Que el accionista mayoritario se haga cargo de nuestro presente y nuestro futuro!”

demora en los pagos, suspensión de actividades, inestabilidad laboral y vulnerabilidad de derechos  

Consultado por 25 Horas, Jerónimo Aller, quien trabajaba en el sector de postproducción de Polka, sostuvo que a la productora nunca le faltó trabajo, pero que se tuvo que ir porque “se trataba de un vaciamiento encubierto y la situación no daba para más”. Ya desde 2018 la empresa había dispuesto un plan de retiros voluntarios. 

Cabe señalar que hasta finales de 2019, Polka trabajó en cuatro producciones en simultáneo, nacionales e internacionales, por lo que, a pesar de la caída en la presencia en el mercado local, la productora tenía trabajo internacional. Y en agosto de 2020, cuando los protocolos por Covid-19 estaban aprobados, la productora ya había decidido no retomar las actividades. 

La reactivación del sector solo para los directivos

Durante la segunda semana de marzo de 2021, se conoció que Polka volvió a sus actividades y se encuentra trabajando en una nueva tira que pretende ocupar el prime time de El Trece. Además, Polka mantiene un vínculo con La Flia, la productora de Marcelo Tinelli fundada en 2018 después del cierre de Ideas del Sur, a quien le alquila sus estudios y maquinarias.

Como era de esperarse, la capacidad de adecuación para los dueños y las altas cúpulas directivas resultó mucho más simple que para lxs empleadxs despedidxs y para quienes realizaron retiros voluntarios. Estos últimos terminaron pagando los costos de la reactivación. Productores ejecutivos y coordinadores de área de Polka fueron trasladados a Kapow, una productora internacional con sede en Argentina. Actualmente, la relación entre directivos de Polka y Kapow, responsable de “Estocolmo” de Netflix, y “El Presidente” de Amazon Prime Video, está por demás afianzada. 

Polka finalizó a principios de marzo las grabaciones de Los Protectores, una comedia para Disney que seguramente tendrá lugar en la plataforma a estrenar Star +. Un dato que resulta llamativo es que la ficción está dirigida por Marcos Carnevale, gerente de contenidos de Polka, y tiene como uno de sus protagonistas al propio Adrián Suar. 

Actualmente, las producciones nacionales de ficción destinadas a la televisión abierta van a la baja. La nueva tendencia muestra que los productores de ficción están apuntando a un modelo de producción pensado para clientes que consumen tiempos de pantalla más acotados y dinámicos, tal como ofrecen las plataformas de streaming, por ejemplo Amazon Prime Video o Disney +, financiadas por conglomerados del sector infocomunicacional global.

Si bien no se puede decir que la ficción nacional murió, sí se puede señalar que las producciones están siendo pensadas para nuevos contextos económicos de producción, distribución y exhibición. En este proceso de adecuación al mercado internacional, justificadas por la crisis pandémica, antes que contratar personal las productoras locales tienden a recortar. 

 

* Licenciado en Comunicación Social e investigador de Economia Política de la Comunicación (UNQ). De Bernal y de Racing. Todo es relativo. @martinrazzeto

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